15 jun 2011

Todo lo que deje a la mitad.

Me gusta el sincope,
la música modal compuesta por los primeros, 
/"Jazz"
la sesión improvisada,
el instrumento virtuoso 
caminando 
solo
dentro de la bandada de espíritus visionarios
invocando la raíz, la sangre,
la nota y su mortalidad en escena;

vidas de un solo acto viviéndose en fulgor apasionado,
vida de una creación rítmica, melodiosa,
alargándose hasta el endiosamiento celestial;
reducida al silencio tártaro.

Sobrecogido haciendo de espectador
siento los recuerdos
de todo lo que deje a la mitad.

Agradezco a la muerte que me ha dado tempestad,
Ceniza, relámpago rojo, roca derretida,
Eso que muere en ofrenda a la fertilidad,
Todo eso que me desangró,
 como
 los clavos;

Lagrimas cosidas a los parpados,
 la muerte que nace,
Todo aquello que deje a la mitad,
Esta ahora retornando a una pausa de tono bajo,
Vuelvo,
 retomo,
/"arpegismos"

Acompasar el lomo del toro,
Musicalizar una cuna,
Besar la mejilla,
Curar el ala de un cóndor,
Amar y dejarse amar…

Todo este vértigo,
abismo que se abre a los pies de mi cama,
placebo la musa espiral, absolviendo.

El jazz, me gusta el 
/"Jazz"
Ese aire usa los metales para excitar
Esos hombres tenían la piel encadenada
Aun así invocaban libertad soplando colores al aire.

También el caos de la creación
Estampida deconstructiva
Libertad del dios sonoro
Grandeza del inconsciente pulido con oro
Voces enmeladas y saladas  en un mismo lengüetazo,
Acido camino de laberintos fantásticos
Complejidad del ser haciéndose a mano,
en distorsión
 finita.

Una mujer convertida en el horizonte:
Yo la ultima nieve del invierno
Bajando a la estación del brote de sus pezones
Hasta el lago del ombligo, a una caricia del deseo,
De exaltar el holos en la unión del sexo y sus virtudes.

La mujer trazando el horizonte fructífero
Bajo un cielo Daliniano, ondulante al vuelo de Coltrane,
esto es el jazz para mí:
Lo inconcluso, el colapso de todo por los oídos,
piel acariciada por un saxofón
Golpeada por el caótico corazón de la violencia iluminada
Sensual oscilante por las cuerdas del bajo,
la espalda moldeable de una mujer,
alma del origen,
 evocadora.

Esos recuerdos que nunca les daré fin;
Todo lo que deje a la mitad.

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