El usuario X era un colombiano gnóstico. Lo había conocido hace meses en un grupo de onironautas.
Era un tipo muy extraño, insistía en que aprendiera técnicas para
inducir sueños lucidos, comenzaba conversaciones de la nada, era
incoherente y repetía siempre las mismas palabras cada vez que lograba
mi atención:
“Repite este Mantram antes de dormir; visualiza una pirámide blanca en un fondo negro…
FAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...
RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...
OOOOOOOOONNNNNNNNNNNNNN....
El colombiano no me dejaba en paz, sus mensajes eran constantes y no podía dejar de leerlos.
La cosa es simple -me dije- lo borro de mi cuenta y ya está. Así lo
hice pero sus palabras aun rondaban mi cabeza. Me conto de Wiracocha, de
Samael Aun Weor, de entes que podían golpearte terriblemente durante
los sueños…me había sugestionado intencionalmente con su “Mantram Faraon” para lograr entrar en mis ensueños, acceder a mi energía y controlar mi subconsciente.
Una noche de esas…
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